Tren a Dos Bocas trae 35 mil empleos
Abren chamba para albañiles, soldadores y operadores de maquinaria; se beneficiarán transportistas, proveedores, cocinas económicas y renta de viviendas.
En 2026, Tabasco vivirá una obra que no tiene precedente en la historia reciente: la rehabilitación de la vía férrea de la Línea FA, con ramal Roberto Ayala–Dos Bocas. Para esa infraestructura, la Federación etiquetó 12 mil 592 millones de pesos en un solo año, un monto que por sí solo rebasa el gasto social de varias secretarías juntas.
Las máquinas, el acero y los durmientes marcarán el paisaje. Solo en 2026 se estima que la obra detonará entre 30 mil y 35 mil empleos directos e indirectos, desde albañiles, soldadores y operadores de maquinaria pesada, hasta transportistas, proveedores de insumos, cocinas económicas y renta de viviendas en la zona de obras.
Nunca antes un proyecto ferroviario había concentrado tanto dinero en Tabasco en un ejercicio fiscal. El tren de Dos Bocas no solo conectará a la refinería Olmeca con el resto del sureste, también será la columna vertebral de un corredor logístico que promete alterar la vida de comunidades enteras.
EL TREN DESMENUZADO
Los 12,592 millones de pesos que se invertirán en 2026 para el Tren Chontalpa–Dos Bocas no son una cifra abstracta. Detrás de ese número hay acero, concreto, maquinaria y jornales que cambiarán el paisaje de La Chontalpa, desde Huimanguillo, hasta Paraíso, cruzando por Cárdenas y Comalcalco.
De acuerdo con parámetros de obra ferroviaria, cerca de 8,000 millones de pesos (alrededor del 65 por ciento del total) se irán a la obra civil y materiales: rieles, durmientes, balasto, terracerías, construcción de puentes y obras de drenaje. Es la parte más pesada, la que abrirá cientos de frentes de trabajo en campo.
Otros 2,500 millones de pesos (20 por ciento) corresponden a equipo y logística: compra y mantenimiento de maquinaria especializada, señalización, patios de maniobras, estaciones y talleres. Sin esa inversión, el tren sería apenas un riel inconcluso.
El resto, unos 1,800 a 2,000 millones de pesos (15 por ciento) se destinarán directamente a mano de obra y servicios auxiliares. Aquí está la cara más visible para las comunidades: jornales, transportistas, proveedores de insumos, cocinas económicas, hospedajes improvisados. Es la fracción que se traduce en empleos palpables: entre 12,000 y 15,000 trabajadores directos en campo, y hasta 20,000 más indirectos en todo el corredor.
En suma, de cada peso que se gaste en el tren, 65 centavos irán al acero y concreto, 20 centavos a maquinaria y equipo, y apenas 15 centavos a la gente que le dará vida a la obra. El contraste revela la magnitud de la apuesta: miles de millones para levantar rieles, pero solo una parte visible en el bolsillo de los tabasqueños.
LAS APORTACIONES FEDERALES: 189 MILLONES MÁS
Mientras el tren a Dos Bocas devorará 12,592 millones de pesos en un solo año, las Aportaciones federales que Tabasco recibirá en 2026 apenas crecerán 189 millones respecto al año anterior.
En total, la bolsa de aportaciones asciende a 19,272 millones de pesos, distribuidos en fondos que mantienen en pie los servicios básicos: FONE (Nómina Educativa y Gasto Operativo): 9,910 millones. FAIS Municipal y Demarcaciones: 2,718 millones. Otros fondos (salud, seguridad, fortalecimiento municipal, infraestructura básica): montos menores dentro del resto de la bolsa.
El contraste es inevitable: un solo tren absorbe dos tercios de lo que Tabasco recibe en todo un año para sostener su nómina magisterial, sus municipios y sus programas sociales.
Para la calle, el aumento luce simbólico. Los 189 millones extra que llegarán en 2026 alcanzan apenas para tapar baches presupuestales en educación y municipios. En cambio, el tren abre un frente monumental que multiplica empleos y mueve el mercado de acero y cemento.
La ecuación deja una pregunta flotando en el aire tabasqueño: ¿los beneficios del gran proyecto se reflejarán también en las colonias y los servicios públicos, o quedarán atrapados en los rieles de un presupuesto desigual?
LA FACTURA DE PEMEX
En el corazón del Presupuesto 2026 aparece una partida que revela el peso de Pemex en Tabasco. La petrolera destinará recursos a un proyecto que no toca directamente a las colonias populares, pero que muestra cómo se construye un ecosistema alrededor de la Refinería Olmeca: el Conjunto Habitacional Olmeca.
El plan incluye 249 casas nuevas, además de 54 habitaciones adicionales, divididas en 40 cuartos de hotel y 14 espacios en una Casa de Visitas. Todo está pensado para alojar a 331 trabajadores de la refinería, en un esquema que blinda su permanencia y comodidad.
La lectura es inevitable: mientras miles de familias tabasqueñas siguen esperando drenaje, agua potable o pavimentación, Pemex levanta una colonia propia para su personal. Es la vieja lógica petrolera que se repite: infraestructura millonaria al servicio de la empresa, no del ciudadano.
La energía que no baja al recibo
Junto al tren y a la refinería, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) también tiene su propio capítulo en el Presupuesto 2026. El proyecto se llama “Suministro de energía en Tabasco”, y en el papel suena tan técnico como ambicioso: Incremento de 300 MVA en la Subestación Malpaso (400/115 kV). Construcción de 69.3 kilómetros de líneas de transmisión en 115 kV. Instalación de un banco de capacitores de 7.5 MVAr en la Subestación Simojovel, y Puesta en marcha de 6 nuevos alimentadores para robustecer la red.
CAPACIDAD ENERGÉTICA
El lenguaje parece reservado para ingenieros, pero la traducción es clara: más capacidad energética para sostener la demanda de la refinería Olmeca, de los parques industriales y de los polos de inversión que se instalan en la región.
La pregunta que flota en Villahermosa y en las colonias tabasqueñas es otra: ¿esa inversión multimillonaria servirá para reducir los apagones y abaratar la tarifa eléctrica, o será un proyecto más que fortalezca la red industrial y petrolera, sin tocar el recibo de los hogares?
La paradoja no es nueva: Tabasco produce energía y petróleo para el país, pero sus ciudadanos siguen pagando facturas domésticas que poco reflejan el músculo energético que se despliega en su territorio.
LA VIDA COTIDIANA
En medio de los miles de millones destinados a rieles, voltajes y colonias petroleras, el Presupuesto 2026 también reserva partidas específicas para áreas que sostienen la vida diaria de los tabasqueños. Son recursos más discretos en monto, pero fundamentales en su impacto.
La Universidad Intercultural del Estado de Tabasco, por ejemplo, tendrá un presupuesto de 15.28 millones de pesos, destinado a fortalecer programas académicos en comunidades que tradicionalmente han quedado al margen del desarrollo. En el mismo sentido, el rubro de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria contará con 64.2 millones de pesos, una cifra relevante para garantizar la calidad de los alimentos que produce y consume la entidad.
El tema del agua también aparece en la agenda: 70.9 millones de pesos para Administración del Agua y Agua Potable, junto con 40.9 millones para subsidios hidroagrícolas. Son montos que, aunque no compiten con la magnitud de los megaproyectos, resultan indispensables para atender necesidades locales.