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Alertan por días santos de accidentes

En cada festejo religioso el riesgo vial se multiplica, siempre bajo el mismo patrón: conductor alcoholizado, velocidad excesiva y falta de prevención.

En Tabasco, la Semana Santa no se anuncia con palmas, sino con sirenas. Entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección de 2023, el Sistema Estatal de Urgencias (SEU) atendió 160 emergencias viales en tan solo ocho días: veintitrés por jornada, uno cada sesenta y tres minutos.

Al año siguiente, en 2024, el número bajó a 74, pero aún significó más de diez accidentes diarios. Las cifras varían, pero la tendencia se mantiene: cada año, cada Semana Santa, el riesgo vial se multiplica, y lo hace casi siempre bajo el mismo patrón: conductor alcoholizado, velocidad excesiva y falta de prevención institucional.

IGUAL EN EL RESTO DEL PAÍS

La curva local no es una anomalía. A nivel nacional, el panorama es igualmente crítico. Según datos del INEGI, en México ocurren en promedio 47 accidentes viales al día asociados directamente con el consumo de alcohol.

Durante los periodos vacacionales, como Semana Santa, las organizaciones civiles estiman un aumento de entre el 15 y el 20 por ciento en los siniestros viales, provocados por el incremento del flujo vehicular y el consumo de bebidas embriagantes.

En 2023, el país registró 381 mil 048 accidentes de tránsito. De ellos, 17 mil 219 conductores dieron positivo a pruebas de alcoholemia. El saldo fatal superó las mil 400 muertes vinculadas al alcohol.

TABASCO, ACCIDENTADO

Nuestra entidad no está fuera de esa ecuación. Durante el primer trimestre de 2025, el estado acumuló mil 962 accidentes viales, lo que equivale a veintiún choques al día, uno cada sesenta y ocho minutos.

Aunque los fallecimientos disminuyeron —67 personas murieron en los dos primeros meses del año, frente a 84 en el mismo periodo de 2024.

Un deceso cada 68 minutos

La estadística lo dice con una frialdad demoledora: cada 68 minutos ocurre un accidente vial en Tabasco. A veces es una salida de camino. Otras, una volcadura. O un choque por alcance, o un atropellamiento. No todos dejan muertos, pero la mayoría dejan heridas que no sanan con el alta médica.

El accidente que para el registro es una “colisión sin consecuencias” se convierte para una familia en un mes de hospital, una cirugía ortopédica, una factura impagable o una silla vacía.

IMPERA NEGLIGENCIA

La frecuencia ilustra la dimensión del problema: veintiún choques al día, sin que medie lluvia, huracán o fenómeno extraordinario. Solo basta el tránsito diario, la infraestructura deficiente y la conducta reiterada de manejar con prisa, con sueño o con alcohol.

Y todo se acentúa en Semana Santa. Mientras una familia empaca para ir a la playa, otra recibe la llamada desde el hospital.

3:21 AM: LA CATEDRAL SE VOLVIÓ EN LA ESCENA DE CRIMENA las 3:21 de la mañana del 15 de abril de 2022, la Catedral del Señor de Tabasco dejó de ser un templo. Se convirtió en escena de crimen. Frente al atrio, entre fierros retorcidos y vidrios que aún goteaban sangre, yacían dos mujeres y un adolescente, todos sin vida.

El auto en el que viajaban acababa de ser embestido por otro que ignoró el rojo del semáforo. El conductor estaba ebrio.

Todo ocurrió en pleno centro de Villahermosa, a escasos metros de Palacio de Gobierno. El SEU recibió la alerta a las 3:15. Seis minutos después, ya estaban ahí. Nada se pudo hacer más que levantar cuerpos y trasladar a cuatro heridos.

NINGÚN ‘MEA CULPA’

El parte oficial fue escueto: “Accidente entre dos vehículos. Tres personas fallecidas. Ocurrió a las 03:21 horas”. Ningún pronunciamiento institucional, ningún mea culpa. El hecho apenas si apareció como nota breve en los noticiarios matutinos. En los balances de seguridad, se repitió la frase de siempre: saldo blanco.

Pero en Tabasco, la realidad no siempre coincide con el boletín. Aquí, la muerte no necesita una pistola. Basta un volante, un trago de más y una curva mal trazada.