Paquita la del Barrio no era feminista
‘Solo era una denunciante del maltrato que sufren las mujeres, del abuso de poder de los hombres o de las infidelidades’
Tras su reciente fallecimiento, algunas empresas, medios de comunicación y actores destacados de la industria musical comenzaron a recordar a la cantante mexicana Paquita la del Barrio como una feminista.
Paquita tenía un carácter fuerte y no se detuvo al cantar sus verdades a los hombres con sentidas canciones de despecho como Tres veces te engañé, Cheque en blanco y su máximo éxito Rata de Dos Patas, pero ¿realmente era feminista?
Con motivo de la conmemoración este sábado del Día Internacional de la Mujer, The Associated Press conversó con académicas especializadas en feminismo y estudios de género, así como con una de las personas que más convivió con Paquita en los últimos años para tratar de comprender esta faceta de una artista que fue adoptada como estandarte por tantas mujeres.
Francisca Viveros Barradas, nombre verdadero de la cantante tuvo dos esposos, el primero Miguel Gerardo, quien fue padre de sus hijos Iván Miguel y Javier, el hombre con quien se casó a los 16 años, la engañó, era un hombre casado. El segundo marido fue Alfonso Martínez, con quien tuvo a unos mellizos que fallecieron días después de nacer. Paquita y Alfonso adoptaron a una niña de nombre Martha Elena, quien es hija biológica de un medio hermano de Paquita. La cantante se enteró de la infidelidad de su marido gracias a sus amigas.
‘EL FEMINISMO NO ES ODIO A LOS HOMBRES’
Especialistas entrevistadas por AP coinciden en la gran figura que fue Paquita como intérprete femenina de la música popular mexicana, pero con sus matices. La compositora y musicóloga feminista Leticia Armijo, quien llegó a verla en vivo en Casa Paquita, no la considera una militante feminista, pero sí “un espejo de lo que las mujeres deseamos”.
“Sus letras representan el pensamiento que no se atrevieron a decir muchas mujeres”, señaló. “Es un discurso, una forma de reivindicar nuestro derecho a protestar en contra de una sociedad de hombres irresponsables que no tienen, además, vergüenza; tienen tres esposas, cuatro y cada que salen pueden tener una más”.
Eli Bartra, filósofa especialista en arte popular y mujeres, también tuvo la oportunidad de verla en Casa Paquita con un grupo de alumnas de maestría en estudios de la mujer.
“A mí sí me gusta, me gusta mucho cómo canta, creo que tiene una voz potente y una personalidad potente”, señaló. “¿Qué es feminista? De ninguna manera, lejos de ser feminista”.
Bartra señaló que no lo era porque ni se autodenominaba feminista ni compartía esta corriente de pensamiento. Además de que con letras como “Alimaña/Culebra ponzoñosa/Deshecho de la vida/Te odio y te desprecio/Rata de dos patas/Te estoy hablando a ti”, tiende al odio a los hombres.
“El feminismo no es el odio a los hombres o el odio al hombre en singular, que era lo que predominaba en ella”. Al igual que Armijo, Bartra destacó el papel de Paquita como una denunciante del maltrato que sufren las mujeres, del abuso de poder de los hombres o de las infidelidades.
LA MÚSICA, SU MEDIO CATÁRTICO
La socióloga, pianista y musicóloga Alejandra Flores Tamayo, especialista en estudios de género, tampoco la vería como una feminista, pero rescató su capacidad para usar la música como un medio catártico y para denunciar abusos, lo que la convirtió en una pionera para otras artistas en un género como la música regional mexicana que históricamente ha sido machista con letras que retratan a la mujer como traicionera, orgullosa, malvada y otros tantos adjetivos.
“Fue alguien que abrió el camino, una pionera en ese sentido de poder nombrar las cosas”, señaló. “La mujer tenía que ser la santa para poder cumplir este requerimiento del patriarcado. Obviamente, desde esa perspectiva, no había música que reflejara otra cosa, yo creo que ella rompió esto diciendo ‘no’. Ayuda mucho a que otras mujeres empiecen a tomar el micrófono, empiecen a decir lo que sienten desde la perspectiva femenina”.