A bordo del noroñabús, “lograré esta hazaña colectiva”…
Era el ateo, el concubino, el hermano pobre, el librero, el hijo de la tarotista… Así se presentó Gerardo Fernández Noroña al registrarse como aspirante a la defensa de la 4T, primer tramo rumbo al 2024…
No fue el de mayor arrastre. Tampoco el mejor vestido o el de frases rimbombantes, pero sí el más genuino y desenfadado de los inscritos en el proceso.
Si habrán de conocerse en los siguientes meses las flaquezas de los seis enlistados o ventilarse algunos secretos oscuros de la mala política -tristemente desbordada en el país- será por este hombre de barba desaliñada y pantalones guangos.
Así ocurrió cuando le preguntaron sobre el “piso parejo” en la contienda.
“El piso parejo no existe, por la sencilla razón de que ha habido plataformas diferentes de proyección, ya hubiera querido yo la cancillería un domingo en la mañana”.
O cuando lo cuestionaron sobre el rechazo de Adán Augusto López Hernández al financiamiento morenista de 5 millones de pesos.
-Está muy bien, pero hubiera sido genial que lo que él gastó en espectaculares lo hubiera invertido en hospitales. Yo soy hijo del pueblo, sería un suicidio renunciar al financiamiento.
POBREZA. Sobre el tema del dinero, se etiquetó como “el hermano pobre”. Aunque ni tan pobre, porque aun antes de conocer el respaldo monetario reunido para él en el PT, había decidido comprar, con recursos propios, un vehículo modificado, convertido en librería ambulante, a la cual bautizó ya como el “noroñabús”.
“La camioneta que encargamos la iba a pagar yo, pero veo que me salvé”.
Se refería a la promesa que Alberto Anaya -dueño del PT y a quien en el salón Flamingos del hotel Courtyard se le llamó Rico McPato- le hizo antes de comenzar la ceremonia de registro: “Morena ofreció a sus representantes 5 millones de pesos para los recorridos por el país; nosotros también te los vamos a juntar”.
La oferta fue aludida por Fernández Noroña con jocosidad:
“Sí, somos hermanos, pero Morena es el hermano más rico, el PT está más descobijado, aunque Anaya ya dijo que me dan a dar lo mismo, me salvó”.
-¿Por qué te salvó?
-Antes de que me dijera, ya había decidido comprar un vehículo. Tenía ahorrado, pero ya ven que me robaron. Pero aun así ya tenemos, me la entregan de este miércoles en ocho, una librería ambulante, el noroñabús, con el que podré reivindicar mi profesión de librero, en esa combi venderemos libros y empezaremos el lunes en el estado de Oaxaca.
Dijo vivir exclusivamente de sus ingresos como diputado, “lo que ya es una desventaja, pero estoy decidido a ganar en estas condiciones, me han subestimado y aquí estoy”.
SIN PADRE. Frente al hotel de registro se aglutinaron grupos de apoyo para los diversos suspirantes del día. Hubo penachos, guitarras, banderolas y matracas. El PT movilizó a su reducida legión, pero fue suficiente para el eco sonoro a favor del ahora ex diputado, a quien, quizá por la costumbre o por la peculiaridad, se le ha borrado el apellido paterno para aclamarlo simplemente como Noroña.
“¡Noroña es pueblo!”…
“¡Noroña, amigo, el pueblo está contigo!”…
“¡Noroña, aguanta, el pueblo se levanta!”…
Él llegó sin guiones ni maquillajes. Sin poses ni frases acartonadas.
“Me dicen que no diga que soy ateo ni que vivo en unión libre, dizque para seguir la política correcta”.
Dedicó el próximo recorrido por la República a la gente y “al compañero presidente, el líder más importante de este país y con quien he estado en las duras y en las maduras”. También, a su abuela materna María de la Luz, “una indígena náhuatl que hizo grandes esfuerzos para que yo fuera a la Universidad”. A su hermana María Fernanda y a su madre Rosa María Noroña, “quien se dedicaba a leer las cartas”.
-Te viene algo grande -le dijo ella un día.
-Una madriza, mamá -le respondió él.
“Le contaba de mis aspiraciones. No te van a dejar pasar, me advirtió, pero ya pasé, contra todos los pronósticos. Si para alguien ha sido difícil llegar aquí, ha sido para mí, siempre ha contracorriente”.
No hubo con él protocolos ni firmas. Con ese descaro que le dará al menos color a esta precampaña oficialista, dijo: “Todo esto de los lineamientos lo voy a cumplir, voy a ser a toda madre, no haré canalladas”.
Antes de mostrar ante las cámaras un muñeco desgarbado, su caricatura, obsequió un beso profundo a su pareja, y se marchó al reencuentro con los pocos, pero ruidosos petistas que ya lo esperaban sobre avenida Revolución.
Con el noroñabús, prometió, recorrerá todos los estados.
“Vamos a lograr esta hazaña colectiva, y si no fuera así, me iré a donde diga el pueblo. A lo mejor a vender libros o a vivir más allá del rancho del presidente”…